NATALIA ZUCCOLILLO MUESTRA SU VERDADERO ROSTRO AUTORITARIO
La directora del diario ABC Color, Natalia Zuccolillo, muestra su verdadera personalidad y revela su lado más tirano y déspota al intentar desacreditar la contundente sentencia de la jueza Greta Katherine Aquino Bittar, quien rechazó todos los argumentos presentados por el citado medio, para tratar de justificar el despido del periodista Marcos Ricardo Velázquez. En resumidas cuentas, Zuccolillo pretende, a través de sus abogados, convencer de que «escuchar la radio» es un «trabajo periodístico» y que se debe «acatar una orden superior» sin importar derechos, trayectoria, profesionalismo, capacidad, ni lauros.
Natalia Zuccolillo, heredera, junto a su familia, de uno de los grupos económicos más fuertes del país, el Grupo ABC (que incluye el diario ABC Color, Radios ABC Cardinal AM y FM, ABC TV, además de banco Atlas, Inmobiliaria del Este, Imprenta Mercurio, Shopping Mariscal, Mariano y Del Sol, telefonía Personal, entre otros), no se caracteriza precisamente por las relaciones humanas con sus subordinados, empleados, trabajadores y hasta periodistas (salvo las estrellas).
Prueba de ello son la veintena de demandas laborales que actualmente soporta el grupo, sólo en ABC Color, a raíz de presuntas medidas arbitrarias, autoritarias, abusivas y fuera de las normas y leyes vigentes en materia laboral, adoptadas en forma unilateral por la parte empresarial, en detrimento y perjuicio directo de los trabajadores sin respetar mínimamente los derechos y beneficios de éstos.
Uno de esos juicios, es el que ABC Color mantiene hace cuatro años con el periodista Marcos Ricardo Velázquez, quien ya ganó en primera instancia con una sentencia tajante, rotunda y contundente de la jueza laboral Greta Katherine Aquino Bittar.
De acuerdo a los antecedentes de este caso, el mismo Marcos Velázquez había señalado que su «vía crusis» comenzó a fines de febrero de 2020 cuando, por orden directa de Natalia Zuccolillo, el entonces Jefe de Redacción, Armando Daniel Rivarola, con una denuncia falsa, exigió a Velázquez que firme su renuncia, para un retiro en «buenos términos», caso contrario la empresa presentaría una demanda penal en su contra.
La orden de Zuccolillo era terminante, a tal punto que el propio Jefe de RR.HH. de ese momento, Joaquín Javier Martínez Alderete, realizó la misma amenaza a Marcos Velázquez a quien exigió la renuncia de lo contrario se estaría presentando una demanda en su contra ante el Ministerio Público.
Lo más grave es que, tras la pregunta de Velázquez, de cuáles eran las razones o las pruebas en su contra, ni Rivarola, ni Martínez quisieron dar explicaciones de los motivos para tan drástica decisión de dejar sin trabajo a un empleado de más de 26 años de servicio en la empresa. «Ya lo sabrás en el juicio si no firmas la renuncia», fue la escueta respuesta de ambos.
Ante esta situación y, a sabiendas de que no encontrarían ninguna mancha en su labor dentro del diario, el periodista Marcos Velázquez, no tuvo otra opción más que presentar, bajo patrocinio de los abogados Juan Martín Barba y Rodrigo Cuevas, una demanda penal en contra de Armando Rivarola y Joaquín Martínez por extorsión y chantaje, además de rechazar rotundamente la firma de su renuncia.
Fue en ese momento que el periodista comenzó a recibir el acoso de los jefes del diario (mobbing laboral) ya que, primero le prohibieron escribir artículos y después, nuevamente por orden de Natalia Zuccolillo, le ordenan que debía dejar de hacer tareas periodísticas para dedicarse a escuchar la radio y pasar un resumen a los jefes de cada área, una labor hasta si se quiere de ordenanza.
Claramente, la intensión de Natalia Zuccolillo nunca fue cubrir una necesidad dentro de la empresa sino castigar la «insurrección» de Velázquez al punto de denigrarlo con una tarea que, para cualquier persona medianamente inteligente, representa rebajarlo de la categoría de periodista consumado a la de simple ordenanza.
«Si bien la empleadora alega que se produjo una vacancia en dicho puesto, resulta que para realizar dicho trabajo no se requiere de una persona con la vasta experiencia y especialización con la que contaba el señor Velázquez. Puestas así las cosas, este Juzgado considera que, teniendo en cuenta que el puesto que la patronal necesitaba cubrir no requería tanta exigencia, la labor pudo ser realizada inclusive por un trabajador que no sea precisamente periodista, entonces, no resulta razonable que la empleadora hubiera asignado dicha función a un periodista con 25 años de antigüedad y amplia trayectoria en
el campo de la investigación que fuera desempeñada en su propia empresa», dice textualmente la sentencia de la jueza Greta Aquino.
La contundente sentencia de la magistrada en lo laboral, desnuda por completo la verdadera actitud déspota, autoritaria y opresora de la directora del diario ABC Color, Natalia Zuccolillo, quien no quiso entrar en razón y se obsesionó con que el periodista Velázquez realice una tarea que nada tiene que ver con la labor para lo cual fue contratado y que desarrolló de manera intachable durante 26 años que es la de periodista.
FALSOS AGRAVIOS
Lejos de entrar en razón, Natalia Zuccolillo volvió a presentar al Tribunal de Apelaciones, a través de sus abogados Zully Almirón y César Eduardo Coll, una nota de «Agravios» donde insiste en que, el no acatamiento de Marcos Velázquez a la orden de la Dirección de realizar una tarea que nada tiene que ver con el periodismo, es causal de despido justificado.
Zuccolillo intenta hacer creer, a los miembros del Tribunal, que el escuchar la radio y pasar informe a los jefes, es tarea de un periodista «porque se realiza en el mismo lugar de la Redacción (donde están todos los periodistas)». Con ese criterio, el personal de servicios generales que todo el día limpian la Redacción deberían ser catalogados también como periodistas.
En su presentación, la empresaria vuelve a sostener que «el trabajador por ley se encuentra obligado a obedecer las órdenes e instrucciones que le imparte el empleador». Pero, no dice que Velázquez nunca se opuso a ser trasladado de área, ya que, de hecho, durante los 26 años que trabajó en ABC Color pasó por todas las áreas de la Redacción (Economía, Política, Locales, Deportes, Investigación) excepto Sociales. Solo que se negó rotundamente a hacer la tarea de radio escucha que le querían imponer desde la Dirección del matutino en detrimento de su trayectoria y prestigio como comunicador.
«Está demostrado en autos la negativa del trabajador a cumplir las órdenes del empleador, eso no es un hecho controvertido, que fue reiterada la desobediencia también quedó demostrado, que cause perjuicio, también quedó demostrado, sólo que la juez pretende solapar el mismo, expresando que no hay perjuicio para la empresa cuando la
misma indisciplina es un perjuicio«, dice la nota de «Agravios», presentada por Zuccolillo a través de sus abogados al Tribunal de Apelaciones.
Y nadie discute que hubo desobediencia, pero una desobediencia justificada (según lo explica brillantemente la jueza Greta Aquino), ante el avasallamiento que pretendía la directora de ABC Color por sobre los derechos de Velázquez.
En otra parte, señala la nota que ante la pregunta «diga el testigo si la tarea de escuchar las radios constituye una tarea periodística», no fueron tenidos en cuenta las declaraciones de los testigos de la empleadora, Joaquín Javier Martínez, quien no es periodista; Marcial Sánchez, quien tampoco es periodista; y Armando Daniel Rivarola, ex Jefe de Redacción que ya había extorsionado a Velázquez con una denuncia falsa.
Todas estas muestras de autoritarismo y del más absoluto desprecio hacia los derechos de los trabajadores, están plasmados en la nota de «Agravios» presentada por los abogados de la Directora de ABC Color al Tribunal de Apelaciones, y muestran el verdadero rostro de Natalia Zuccolillo.
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