QUERELLA A SUS CRITICOS PERO DEFIENDE Y COMPARTE CON MALECHORES
El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), Alejandro Domínguez Wilson-Smith, ha presentado ante la justicia paraguaya cerca de una decena de querellas por difamación, calumnia e injuria, bajo el argumento de que, los querellados, supuestamente dañaron “el honor y la reputación” del titular de la matriz futbolera. Pero, desde que asumió al cargo en el 2016, tras el FIFAGate, Domínguez no ha parado de relacionarse, mantener y hasta defender a dirigentes prófugos de la justicia, imputados y acusados por hechos de corrupción, crímenes y delitos de diversos tipos. Indignación selectiva la del presidente de la CONMEBOL?.

Alejandro Domínguez Wilson-Smith, ha querellado por difamación, calumnia e injuria al ex capitán de la Selección Nacional paraguaya y tres veces Mejor Arquero del Mundo, José Luis Chilavert; al ex dirigente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) José Medina Sagales; a los ex funcionarios de la CONMEBOL Genaro González y Alexis Schreiber; y a los periodistas César Ávalos, el argentino Julio Chiapetta y, en dos ocasiones, a Marcos Velázquez.
Todas las querellas de Domínguez, según las presentaciones judiciales de sus abogados, fueron supuestamente por haber agraviado su “honor y reputación” a través de publicaciones, principalmente en redes sociales que, en realidad, lo que hicieron fueron cuestionar su gestión y advertir sobre presuntas irregularidades cometidas bajo su administración, tanto como presidente de la APF como de la matriz sudamericana.
En tal sentido, sería importante conocer cuál es el concepto que Alejandro Domínguez posee sobre “honor y reputación” ya que el mismo no tiene reparos a la hora de involucrarse con personas con oscuros antecedentes, prófugos de la justicia, imputados o acusados de graves delitos y hasta presuntos homicidas.
EN BRASIL
En efecto, desde su asunción a la presidencia de la CONMEBOL, el 26 de enero de 2016, Domínguez se ha mostrado, sin ningún rubor ni pudor con siniestros personajes como el acusado e imputado por la justicia norteamericana (por el caso FIFAGate) y con orden de captura de la INTERPOL, Marco Polo del Nero, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). El paraguayo Domínguez, que participaba de agasajos y lo acompañaba a los eventos organizados por el ex mandamás de la “verde amarilla”, no tenía la más mínima vergüenza para salir en fotos con el brasileño prófugo de la justicia, o sea, ahí su honor y reputación no sufrían agravios.

Es más, Domínguez lo mantuvo en el cargo y jamás aplicó a del Nero el famoso “Test de Idoneidad” (herramienta utilizada por la CONMEBOL para seleccionar a dirigentes amigos) haciendo que el Comité Ejecutivo de la Confederación se reúna sin el presidente de la CBF, que debía enviar a un representante a Paraguay (Reinaldo Carneiro Bastos) ya que no podía salir de su país por la orden de captura internacional en su contra.
Marco Polo del Nero estuvo como presidente de la CBF, de manera irregular y en contra de los mismos estatutos de la CONMEBOL, hasta abril de 2018 en que, siendo ya insostenible su situación y a instancias del Comité de Ética de la FIFA, es la matriz mundial la que lo suspende y lo inhabilita a perpetuidad por hechos de corrupción.
Sin embargo, para medios de comunicación brasileños, hasta hoy día Marco Polo del Nero sigue manejando los hilos de la CBF.
EN PERU
Alejandro Domínguez actuó igualmente con permisividad y hasta manifestó oficialmente su apoyo al ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) Edwin Oviedo, acusado de liderar bandas criminales como “Los Wachiturros de Tumán” y “Los Cuellos Blancos del Puerto”, presuntos responsables del asesinato de dirigentes sindicales en el Perú.

Estando ya imputado por la Fiscalía peruana y a un paso del juicio oral, Domínguez envía, en agosto de 2018, a su “brazo derecho” y amigo personal Gonzalo Belloso para formular su total respaldo a Edwin Oviedo. “No vemos nada grave” había dicho entonces el representante del presidente de la CONMEBOL en rueda de prensa en la capital peruana.
Como con del Nero, la CONMEBOL nunca aplicó el “Test de Idoneidad” a Edwin Oviedo quien se mantuvo en el cargo de presidente de la FPF hasta el día en que fue detenido por la policía y remitido a prisión en diciembre de 2018, bajo cargos de homicidio calificado y asociación criminal.
Ante los hechos, Domínguez no tuvo más remedio que aceptar la realidad de su defendido y permitir que asuma como nuevo presidente de la FPF, Agustín Lozano quien venía desempeñándose como vice de Oviedo.

Por su parte, Lozano tiene en su haber un frondoso prontuario de demandas y denuncias por diversos delitos, antes como funcionario público y luego como dirigente de fútbol. Ha sido vinculado también a la reventa de entradas de los partidos de la Selección Nacional peruana, pero Domínguez, en vez de implementar el “Test de Idoneidad”, lo “sanciona” (demostrándose que el delito existió efectivamente), con una multa ínfima y, ohh ironías del destino, realizar charlas anticorrupción desde la Federación, lo que fue tomado como un chiste de mal gusto por varios dirigentes de clubes del Perú.
Agustín Lozano, a pesar de estar en juicio por un presunto caso de corrupción cuando fue intendente de Chongoyape, es llevado por Alejandro Domínguez a participar de reuniones importantes, como la realizada en abril pasado en Europa para la apertura de la oficina conjunta UEFA – CONMEBOL junto al presidente del fútbol europeo Aleksander Ceferin. El peruano posee además otra causa abierta por lavado de activos pero continúa campante como presidente del fútbol incaico mientras la Confederación hace la vista gorda.

EN PARAGUAY
Por otro lado, en noviembre del año pasado, cayó como una bomba en el seno de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), la denuncia del periodista mexicano Ignacio Suarez en contra del mismo presidente de la entidad reguladora del fútbol paraguayo, Robert Harrison Paleari.
Suarez acusó directamente a Harrison de comandar un cártel mafioso bajo un esquema delictual que utiliza a la selección paraguaya para el tráfico y venta de jugadores, de empresarios amigos del mandamás de la APF.

“El cártel de Harrison… pudiera tratarse de la organización más corrupta que controla sin ningún recato al fútbol paraguayo”, fue la dura acusación del comunicador mexicano en contra del presidente de la APF.
Es conocida la relación muy cercana entre Robert Harrison y Alejandro Domínguez (pese a que anteriormente se odiaban y se insultaban públicamente) y llama poderosamente la atención del por qué el presidente de la CONMEBOL no ordenó ninguna investigación de la APF ante tamaña acusación en contra de su titular.
Una vez más, el presidente de la matriz sudamericana haciendo la vista gorda a la denuncia que en otros organismos significaría una inmediata intervención e incluso separación del cargo del denunciado mientras dure las investigaciones.

Demás está mencionar los mensajes de adulación y lisonja que intercambian actualmente Domínguez y Harrison en redes sociales.
EN VENEZUELA
De igual manera, el mes pasado el presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, se mostró muy a gusto en una foto que recorrió las agencias noticiosas internacionales, con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, calificado de dictador, déspota y hasta criminal por la comunidad internacional. Domínguez visitó a Maduro para “impulsar el fútbol venezolano” mientras la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) se debate en una grave crisis ante presuntas numerosas irregularidades de sus dirigentes que nuevamente son ignorados por la CONMEBOL en una total muestra de incoherencia.

Recordemos además que hasta el 2020, el presidente de la FVF fue Laureano González, íntimo colaborador de Rafael Esquivel, ex presidente de la Federación acusado y enjuiciado por el FIFAGate, además de ser expulsado de por vida del fútbol por la FIFA. Laureano, incluso, habiendo renunciado a la presidencia de la Federación venezolana, mantiene un cargo honorario (inventado) dentro de la CONMEBOL propuesto por el propio Alejandro Domínguez como miembro vitalicio de la Confederación.
LOAS A NAPOUT
Finalmente, no podíamos cerrar ésta galería de “ilustres” personajes, que para el presidente de la CONMEBOL son grandes amigos, colaboradores, compañeros, etc., sin mencionar el emotivo y encendido discurso pronunciado por el mismo Alejandro Domínguez para apoyar incondicionalmente a su amigo personal Juan Angel Napout, imputado y condenado a 9 años de cárcel por la justicia de los Estados Unidos por hechos de corrupción en el FIFAGate.
“Inmerecidamente se le dedicó mucho tiempo de prensa a decir que habían manejos oscuros en la administración de Juan Angel (Napout)… soy un testigo de que en la Asociación Paraguaya no es que no se toca, sobra la plata. Juan Angel, quiero aprovechar esto como amigo, para decirte que YO SOY EL TESTIGO, YO SOY UN TESTIGO. Y como ya lo dijo Ramón (refiriéndose al condenado Ramón González Daher), es difícil encontrar gente que se mantenga tan noble a sus principios y a su moralidad”, fueron las palabras textuales de elogios y halagos de Alejandro Domínguez para con Napout durante dicho discurso.

Ya todos saben cómo y dónde terminó Juan Angel Napout (condenado a 9 años de cárcel en EE.UU. por el caso FIFAGate).
Todos éstos hechos concretos y puntuales, nos hacen suponer de que Alejandro Domínguez padece de una indignación selectiva y que los sendos juicios por difamación y calumnia que planteó ante la justicia paraguaya (muy cuestionada por cierto), lejos de pretender limpiar su “honor y reputación”, lo único que persiguen es acallar las críticas y los cuestionamientos hacia su gestión dentro de la CONMEBOL.